El
código QR es un código de respuesta rápida que sirve para acceder a un sitio
web tras haberlo escaneado con nuestra webcam, tableta, teléfono inteligente,
videoconsola, etc.
Esto
presenta varias ventajas, como poder disponer de una cantidad de información en
un espacio físico reducido (ya que la información es digital), es mucho más
cómodo que escribir una url completa y, aplicado a la vida cotidiana, es uno de
los elementos fundamentales de la "realidad aumentada". Sin embargo, podemos
observar varios inconvenientes que deberíamos tener en cuenta.
A
nivel de seguridad no podemos identificar a qué sitio on-line nos lleva este
código, por lo que quizás la web a la que está enlazado contenga algún tipo de
malware que podamos ejecutar (de manera inconsciente) en nuestro terminal.
Evidentemente esto se soluciona utilizando esta herramienta de manera
responsable (saber para qué sirve el código que vamos a utilizar, entrando en
sitios web de confianza...). Pero seamos sensatos, en la actualidad no todas
las personas utilizan Internet de una manera responsable.
Es
cierto que cada vez más usuarios se preocupan por su seguridad y por su
privacidad, pero aún hay muchos (sobre todo jóvenes) que no son capaces de
apreciar la otra cara que nos puede presentar Internet. Por lo tanto, un código
QR en la calle es un elemento llamativo (y más ahora por la novedad) que genera
curiosidad por saber que contiene dentro. El efecto "psicológico" que
causa al individuo es similar a algunos concursos de la televisión cuando ofrecen
un premio o una caja sorpresa con un interrogante pintado; en este caso el
código QR es la caja.
A
nivel social nos presenta un cambio que vería como una "evolución
natural" si no lo contextualizamos con la realidad actual de España, ya
que, esta "evolución" tecnológica está también quitando algunos puestos de trabajo que podrían ocupar parados que tampoco tienen una opción
viable para continuar con su formación y así acceder a
otros puestos de trabajo. Incluso, debemos destacar que no todo el mundo
dispone de este tipo de dispositivos para leer los códigos, por lo que se nos
presenta cierto grado de desigualdad social.
Contraponiéndose
a las desventajas, la realidad aumentada el ámbito educativo sí puede ser una
herramienta muchísimo más útil ya que nos permite observar reproducciones en "tres
dimensiones"[1]
del objeto o elemento que queramos, e incluso podemos hacer que interaccionen
entre dos o más de ellos. Cabe destacar que esta posibilidad nos sería muy útil
para hacer las explicaciones de una forma más visual o, en el caso de disponer
de varios dispositivos móviles, dividir la clase en grupos y hacer un juego de "Busca
y Encuentra" utilizando distintos códigos QR que representen elementos
dentro o fuera del aula (es decir, una dinámica similar a una gymkana pero de
manera virtual).
En
definitiva, creo que el código QR presenta bastantes ventajas que no pueden ser
aprovechadas porque no estamos preparados para el cambio que este elemento nos
supone a nivel social por los distintos factores que lo rodean (tanto la
adquisición de las herramientas como el uso responsable de las mismas). Sin
embargo sí que podemos encontrar utilidad pedagógica, ya sea por su atractivo o
bien por sus características.
[1]
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